DECIR ADIÓS A LA PAREJA (1)

Según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), España en el año 2010 era el país europeo con más divorcios, junto con Bélgica. Tres de cada cuatro matrimonios terminaba en ruptura. Esta estadística ha disminuido ligeramente, pero es debido a la crisis, a las grandes dificultades económicas que tiene la gente para separarse, pero no porque no quieran hacerlo.

Pero, ¿cómo sabemos si es el momento de decir adiós?

Tomar la decisión de decir adiós a la pareja no es fácil. Cualquier ruptura comporta tristeza y dolor. Nos enfrenta a un cambio de vida, donde tendremos que aprender a valernos de nuestros propios recursos, tanto económicos como en el día a día, a llenar nuestro tiempo y los espacios vacíos que quedan en nuestros días, a aceptar que la situación anterior ya no volverá. Hay un antes y un después. Se tiene la sensación de lanzarse a un abismo, al vacío.


Hay algunos indiciadores de que la relación no funciona:
  • La falta de comunicación: cuando a pesar de las obligaciones laborales y sociales, no encontramos el espacio para dialogar con la pareja. Esto crea un distanciamiento, que si no se le pone remedio, acaba convirtiéndose en un abismo.

  • El tiempo en común: cuando cada vez pasamos más tiempo en el trabajo, o en el gimnasio, o con los amigos, hay que preguntarse si estamos evitando pasar más tiempo con la pareja. Es importante encontrar un espacio para cada cual, pero sin olvidar la importancia de encontrar espacios para la pareja. Y esto, cuando queremos a la otra persona, cuando estamos a gusto a su lado, no nos supone un esfuerzo. Se da de una forma casi espontánea.
  • El contacto físico: si bien es cierto que la pasión de los primeros tiempos da paso a una relación más “relajada”, es importante que siga habiendo ternura, intimidad, ganas de compartir besos y abrazos con la pareja. Planteémonos si lo estamos evitando y qué pasa con esto.
  • Los valores y las aspiraciones: a pesar de que cada persona crece y evoluciona de forma individual, es importante que compartamos algunos valores (que pueden ser morales, o sociales, o políticos, etc.) con la pareja, y también ilusiones y proyectos en común: un viaje, una reforma en la casa...
  • La sinceridad: no es necesario compartir todos y cada uno de los pensamientos con nuestra pareja. Pero si nos guardamos más secretos que secretos compartimos, si tendemos cada vez más a guardárnoslo todo para nosotros, debemos plantearnos qué está pasando con la confianza. Quizás nos sentimos juzgados. Quizás hemos perdido la intimidad con nuestra pareja.

Estos son algunos de los indicadores de que la cosa no va bien. Hay otros. Pero al final, son dos personas las que forman la pareja, y son los dos los que han de hacer el esfuerzo y tener el valor de hablar de ello, de afrontar los problemas y ponerles solución. Lo más habitual es que dejemos pasar el tiempo, creyendo que “ya pasará”, que “es una crisis pasajera”. Esto, generalmente sólo hace más grande el abismo y el distanciamiento.



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