HAGO LO QUE PUEDO, CON LAS HERRAMIENTAS QUE TENGO

(Dedicado a S)

Hago lo que puedo, con las herramientas que tengo…

Y de eso se trata. Pero no siempre es así. A menudo queremos hacer más de lo que nos toca, queremos llegar a un listón que nosotros mismos nos vamos subiendo y subiendo…

La auto-exigencia es eso; auto, porque nos la imponemos a nosotros mismos. Y exigencia, porque emana de la tiranía, una tiranía de la cual no somos conscientes.

Preguntémonos, si aquello que nos estamos exigiendo a nosotros mismos, se lo exigiríamos a nuestro mejor amigo, a nuestra pareja… Preguntémonos, si fuéramos alcaldes de nuestro pueblo, haríamos una ley que obligase a todo el mundo a hacer lo mismo que nos exigimos a nosotros mismos…

Si la respuesta es que no, está muy claro que nos auto-exigimos. Planteémonos, entonces, de dónde provienen estas órdenes auto-impuestas.

Y aquí quiero introducir el concepto del “cassette grabado”: Probablemente tuvimos un padre o madre que eran muy exigentes. Nos repetían una y otra vez lo mismo, nos exigían una serie de cosas, siempre más, siempre más lejos, siempre más alto…

Ellos ya no están presentes en nuestro día a día, pero se nos ha quedado un “cassette grabado” dentro, que se dispara ante muchas situaciones, y hace que nuestro cerebro repita consignas de los padres una y otra vez.

¿Y qué podemos hacer? En primer lugar, escucharnos a nosotros mismos. Escuchar a nuestro cuerpo, nuestro cansancio, nuestro disgusto,… nuestro enfado ante la auto-tiranía. Entonces, pensemos: “¿esto me lo digo yo mismo?” “o estoy repitiendo frases de mi padre o madre?”

Con mucha probabilidad hay un cassette grabado dentro de nosotros. Ante esto:
  • Tenemos derecho a revisarlo.
  • Tenemos derecho a cambiar de opinión.
  • Tenemos derecho a desobedecer los mandatos de nuestros padres.
Ellos, cargados de buenas intenciones, nos pasaron una serie de mensajes, sobre qué está bien o mal, qué hemos de conseguir en la vida, cómo lo hemos de conseguir… Lo hicieron de la forma que sabían. Probablemente, desde su propio cassette. Y nosotros, si no hacemos una revisión profunda, meditada, de los valores que nos han transmitido, el cassette grabado, repetiremos la historia, y traspasaremos el cassette a nuestros hijos e hijas. Y la historia continuará.

A lo largo de la vida, hacemos diversas revisiones de los valores que nos transmiten. Principalmente, en la adolescencia, y en los momentos de crisis vital. Estas revisiones son muy necesarias.

Así como hemos hecho revisión de valores morales, religiosos, educativos, políticos… y probablemente muchos de los valores no coinciden con los que nos transmitieron nuestros padres, también conviene que revisemos los valores más internos, como hasta dónde hemos de resistir y aguantar, cuánto hemos de dar de nosotros mismos, dónde están los límites de lo que es exigible.

Y podemos re-decidir, y cambiar, y bajar el listón. No estamos en este mundo para satisfacer el mandato de nuestros padres, ni de sus cassettes. Obedecemos nuestro propio mandato, el que nosotros decidimos, en tanto que personas adultas.

Hagamos lo que podamos, con las herramientas que tenemos.



NOTA: Si te ha gustado, por favor comparte. Y si quieres hacer algún comentario, me será muy útil y de gran interés.

Telf.: 605 52 52 81

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Entradas populares