Ahora que el
año se acaba, es tiempo de hacer balance, de recordar todos los buenos momentos
que hemos vivido y todas las experiencias no tan agradables, que no por ser
duras son menos importantes: siempre digo que, de una mala experiencia, por lo
menos extraemos un buen aprendizaje.
Me gusta dar
las gracias por muchos motivos: porque estoy viva, porque tengo salud, a pesar
de pequeños achaques, porque puedo disfrutar de la compañía de mi familia, de
mis amigos... Porque tengo la suerte de tener trabajo, y tengo el privilegio de
ganarme la vida haciendo lo que me gusta. Y porque he aprendido a disfrutar de
la vida, a sacarle todo el jugo posible... Seguir leyendo...
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