Esta reflexión me ha parecido muy buena para dedicarla a todas las madres que sufren (sufrimos) por si lo estaremos haciendo bien...
El segundo hijo
El "segundo" nos encuentra menos miedosas y obsesivas... Está más tiempo con el pañal mojado y come chocolate antes del año.
El "segundo" no sabe de rutinas, ni de horarios fijos y soporta bastante menos nuestros temores e inseguridades...
El "segundo" no va al médico por una simple fiebre y duerme desde bien pequeño en su habitación.
El "segundo" aprende a la fuerza el significado del verbo compartir... Anda muchas veces con ropa heredada y casi nunca sale solito en una foto.
El "segundo" aguanta estoicamente caricias violentas y besos pegajosos de su herman@.
Y lo más importante de todo: el "segundo" corrobora lo que ya sospechábamos (a pesar del inmenso miedo)... que es posible enamorarse de otro hijo con la misma pasión e intensidad.
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