Hoy quiero compartir con vosotros un poema de R. Tagore que me gusta mucho. Habla de que, cuando nos proponemos un objetivo, debemos ir de frente y no desviarnos de nuestro rumbo, pase lo que pase. Aquí os lo dejo, a ver si os gusta tanto como a mi:
Creyendo ver tu rostro,
detuve mi barca en medio de la
oscuridad.
Ahora la mañana se deshace en
sonrisas
y las flores primaverales abren
sus capullos.
Pero aunque la luz se disipe
y las flores se marchiten,
yo llevaré mar adentro mi barca.
Cuando me hiciste una muda señal,
el mundo se dormía y no había nada
en la oscuridad.
Ahora las campanas repican
ruidosamente
y la barca está cargada de oro.
Pero aunque las campanas se
vuelvan silenciosas
y mi barca esté vacía,
yo la llevaré mar adentro.
Algunas embarcaciones han partido,
otras no están a punto aún
pero yo no me quedaré atrás.
Las velas están hinchadas
y los pájaros vienen volando desde
la otra orilla.
Pero aunque las velas se deshinchen
y se pierda el mensaje de la otra
orilla,
yo llevaré mar adentro mi barca.
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