Después
de hablar de la rabia, la tristeza y el miedo, le llega el turno al cuarto de
los sentimientos básicos: la alegría.
La
alegría es un sentimiento positivo asociado a la felicidad, el placer, la
satisfacción, etc. Ya desde la filosofía y más tarde desde la psicología, el
pensamiento más extendido es que las personas perseguimos la felicidad como fin
último de nuestra existencia.
Cuando
pensamos en alegría, pensamos en risa, en jugar, en bailar... Pensamos más bien
en movimiento y expresión. Pensamos en niños. Los niños tienen la capacidad de
reír por cualquier cosa, de convertir en un juego la actividad más
insignificante y disfrutar de cualquier momento. La ducha, ponerse los zapatos,
batir los huevos para hacer una tortilla... cualquier acción, por
insignificante que sea, se puede transformar en alegría.
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