Se acerca la Navidad. Para unos, unos momentos
felices para compartir con la familia. Para otros, una fiesta excesivamente
consumista. Hay diferentes formas de vivir la Navidad.
Crisis, recortes, desahucios, paro, corrupción...,
vivimos inmersos en un bombardeo constante de energías negativas. Sentimos
constantemente malas noticias. Cogemos los periódicos, escuchamos la
televisión, hablamos con los amigos, los compañeros..., e inevitablemente sale
el tema de la crisis. Está omnipresente en nuestro entorno.
Como sabemos, los estudios demuestran que nuestro
cerebro se alimenta de aquello que le damos: si nuestros pensamientos son
positivos, nuestra energía se transformará en emprendedora y optimista. Si
dejamos que se nos apodere la negatividad, tenderemos al pesimismo, a verlo
todo de un color mucho más gris... Seguir leyendo...
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