Veíamos la semana pasada cómo nos afecta el cambio
de la juventud a la vida adulta y las crisis que puede causar, tanto si no se
consigue aquello que se espera de nosotros como si decidimos “desmarcarnos” de
la norma establecida. Ahora bien, ¿en qué consiste la vida adulta?
Nos situamos en el momento en que pasamos de
depender totalmente de nosotros mismos, asumimos plenamente la responsabilidad
de un trabajo, y hemos de administrar nuestros recursos, nuestro tiempo, pagar
las facturas y llegar a fin de mes. También coincide, por norma general, con la
decisión de compartir nuestra vida con una pareja. Y con la llegada de los
hijos. El trabajo y las responsabilidades se acumulan. Se empieza a renunciar a
pequeñas cosas y a priorizar las obligaciones por delante de la diversión, el
ocio, incluso del tiempo de descanso. Nuestro orden de prioridades cambia.... Seguir leyendo...
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