Hemos visto las formas sanas y no sanas de
relacionarnos.
Los juegos psicológicos (perseguir, hacerse la
víctima, salvar) están muy arraigados en nuestra sociedad y las personas los
aprendemos desde pequeños.
La persona que, habitualmente, utiliza los juegos
psicológicos para relacionarse con los demás, lo hace porque no conoce otras
formas de relacionarse y obtener lo que quiere o lo que necesita.
Se pueden aprender nuevas
formas de relacionarse, pero es una tarea difícil
y larga. A menudo se necesita la ayuda de un profesional.
Es muy difícil no caer alguna vez en los juegos,
pero sí que podemos llegar a minimizarlos, es decir, conseguir que la mayor
parte de nuestras interacciones con los demás, sean de una manera sana y no
manipuladora. Seguir leyendo...

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