Hasta ahora
hemos visto cómo las diferencias culturales nos hacen también diferentes a la
hora de expresar los sentimientos. Y también la influencia familiar, que nos ha
condicionado a la hora de aprender qué se puede expresar y qué no.
A pesar de
todo, también hay una parte innata en la persona, que nos hace diferentes y
únicos a cada uno de nosotros.
Pero, ¿qué pasa
cuando no podemos expresar un sentimiento? Cuando tenemos prohibida la
tristeza, por ejemplo, o la rabia, o el miedo... Seguir leyendo...
No hay comentarios :
Publicar un comentario