Éste es otro cuento corto de Tony Mello.
La Peste se dirigía a Damasco y en su camino pasó con rapidez junto a la tienda del jefe de una caravana en el desierto.
- ¿A dónde vas con tanta prisa? -le preguntó el jefe.
- A Damasco. Quiero cobrarme un millar de vidas.
De regreso, la Peste pasó de nuevo junto a la caravana.
- ¡Ya sé que te has cobrado 50.000 vidas, y no el millar que te propusiste! -le increpó el jefe.
- ¡No! -respondió la Peste- Yo sólo me he cobrado 1.000 vidas. El resto se las ha llevado el Miedo.
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