La necesidad de programar
el tiempo tiene el mismo valor de supervivencia que la necesidad de estímulos y
caricias. El tiempo es el recurso más precioso que tenemos, pues equivale a la
vida misma.
El tiempo no se puede
acumular, ni comprar, ni vender, ni fabricarse. La única posibilidad que
tenemos es hacer algo con él.
Hay una oportunidad para
cada cosa y un momento para cada cosa y actividad.
Hay un tiempo de espera
(antes de que suceda algo) y un tiempo de secuela (cuando ya ha pasado).
Desde pequeños nos
enseñan a utilizar el tiempo. Pero ¿de qué forma nos enseñan a programarlo?
Hay dos formas de marcar
el tiempo: tiempo de meta y tiempo de reloj... Seguir leyendo...
No hay comentarios :
Publicar un comentario